NAVIDAD CON LOS NIÑOS DE ´´JESUS MARIA Y SAHUAY´´ 2019
Es nuestro compromiso seguir contribuyendo a las poblaciones más vulnerables del Perú, en esta ocasión decidimos visitar la comunidad de Jesús María. Un pueblo que no tiene más de 100 habitantes entre ancianos, niños y adultos, una de tantas poblaciones tan lejanas de la zona urbana que aún viven en las mismas condiciones que hace 50 años, una población tan lejana donde 1 profesor enseña a todos los alumnos de diferentes edades y año escolar separando la pizarra para darles educación diferenciada, Una población en el que parece que el tiempo se detuvo en los años 50. Quizá hoy en día con la única mejora que ahora y desde hace 1 año tienen una trocha que pasa por su pueblo, pero que sin embargo este puede quedar cerrado incluso por meses con un deslizamiento de tierra como nos pasó en esta experiencia. Aquí comienza nuestra travesía.
Después de 6 horas de viaje desde Cusco, finalmente llegamos a la pequeña comunidad de Jesús María, Allí su presidente el Sr. Jose Quispe nos esperaba con los brazos abiertos, de inmediato nos invitó a su casa donde nos facilitó una olla para preparar el chocolate que habíamos llevado para compartir con los niños y la población, mientras el agua hervía en una cocina hecha por ellos mismos Jose nos cuenta que nunca antes, ninguna empresa había llegado a su pueblo llevando apoyo a la comunidad y que por lo tanto todos estaban sorprendidos de nuestra llegada. Por falta de ollas tuvimos que buscar otro poblador para hacer hervir más agua ya que 1 no sería suficiente para todos, así nos encontramos con doña Josefa Quispe de 82 años, Muy amable nos facilitó su cocina rustica hecha por ella misma y 1 olla adicional para hervir más agua para el chocolate.
Mientras compartíamos el chocolate, era imposible no sentirse feliz viendo la felicidad de cada uno de los niños y habitantes de Jesús María, pero aun no habíamos dado todo así que empezamos a repartir juguetes para los niños, algunos deseaban carros y otros, pelotas, pero nadie se quedaría sin uno.
Luego vendrían ropas, (en muy buen estado y nuevos que fueron donados por muchos de nuestros clientes a lo largo del año y por personas de buen corazón como el Sr. Jorge Rojas, Bernardino Escribano, Rosa María, etc.). Para ello solicitamos que nos mostraran sus habilidades de cantos, adivinanzas, cuentos, poesía, etc. Los niños con mucho entusiasmo cantaron en quechua (el idioma nativo de los incas) nos contaron historias de su comunidad, etc. También había ropa para los papás y mamás por lo que ellos también se sumaron a la fiesta y nos contaron su experiencia.
Al finalizar allí nos fuimos con la satisfacción de haberles llevado un poquito de alegría al corazón de cada uno de ellos, haciéndoles saber que si hay personas alrededor del mundo que se preocupan por ellos y no están solos.
Pero esto no acaba allí, a 45 minutos de esta pequeña comunidad se encuentra otra de nombre San Jose de Sahuay, otro pequeño pueblo tan lejano donde solo existe 60 habitantes en total. Allí compartimos Chocolate, Juguete y ropas que habíamos separado con anterioridad.
Nada de esto sería posible sin el soporte permanente de nuestros clientes quienes confían sus excursiones y experiencias por el Perú en nuestro equipo humano. ¡Muchísimas gracias por ello y con el corazón lleno de felicidad les decimos que esto aún no termina y vamos por más! ¡Lo haremos juntos!